26/07/2022
Los hábitos de los consumidores en todo el mundo cambiaron drásticamente desde 2020 con las medidas de confinamiento impuestas en gran parte del planeta por los gobiernos de diferentes países ante la propagación del Covid-19.
La tecnología y las posibilidades de hacer pedidos para recibir una extensa variedad de productos en casa definen desde entonces el comportamiento de los clientes, que, tras haber vivido la gravedad de una pandemia global, dan más importancia que nunca a su estado de salud.
El escenario no cambió sólo para los consumidores, pues las empresas aún se adaptan a la reconfiguración de las cadenas de suministros, pero no es el único factor que deben reconsiderar.
Las operaciones de última milla, el despacho final de productos a los compradores, necesitan un refuerzo y eso incluye las instalaciones de logística desde donde se realizan, los centros de Distribución (CEDIs), que son el eje de una nueva forma de operar.
La distancia, un elemento diferencial
Los cambios comienzan por la necesidad de adaptarse definitivamente al comercio digital, que tuvo un punto de inflexión favorable después de algunos años de crecimiento y que exige instalaciones ubicadas más cerca de las grandes ciudades para ahorrar en logística y transporte.
En México, la concentración de los CEDIs cerca de la Ciudad de México es un tema del pasado y se dio una redistribución que dio lugar a instalaciones logística de última milla en zonas cercanas a Guadalajara, Monterrey, el Estado de México y varias ciudades del Bajío, indica Solili.
Adaptación y practicidad para una distribución eficaz
En un artículo anterior ya explicamos los requisitos básicos para optimizar las operaciones logísticas en naves industriales, otro punto clave en el esquema de funcionamiento actual de los empresarios. Hay componentes que resultan imprescindibles, entre ellos:
- Andenes
- Altura
- Columnas
- Capacidad
- Facilidad de acceso
La situación global dio pie a que la población otorgara más importancia a temas de salud y sustentabilidad, pero el sector industrial no se queda atrás, las empresas prestan más atención a la posibilidad de utilizar transportes eléctricos y hacer más eficiente el uso de recursos energéticos por medio de la inteligencia artificial y la automatización.
Los cambios de las cadenas de distribución globales realzan la importancia de las últimas etapas en los procesos de comercialización y distribución. La eficacia de la logística de cara a los consumidores finales se convertirá en un aspecto que las empresas deberán reforzar, aplicando el aprendizaje obtenido de una fase de cambios que lleva a nuevos estándares de funcionamiento.
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