14/06/2022
México apunta a ocupar un lugar entre los 5 principales países ensambladores de autos en el mundo. Actualmente, con alrededor de 2.4 millones de unidades fabricadas cada año, la fortaleza del país en este sector se concentra, principalmente, en los estados de Guanajuato y Aguascalientes.
El parque industrial en Guanajuato ha servido para robustecer la producción de autopartes, gracias a la logística en una región que, por su localización geográfica, sirve como conexión entre distintas zonas del país.
Como parte del clúster automotriz en El Bajío, Guanajuato se suma a Aguascalientes, San Luis Potosí y Querétaro en un eje que necesita mantenerse en constante evolución para cumplir los objetivos previstos en un sector que provee a México cerca de 30% de los ingresos por concepto de exportaciones, de acuerdo con cifras del Inegi en su reporte de 2021.
Con Aguascalientes a la vanguardia en el ensamblaje de unidades nuevas y Guanajuato consolidado como productor de autopartes, la industria apunta a nuevos esquemas operativos que tienen influencia directa de las necesidades de las empresas extranjeras con plantas en la región.
El cambio de estrategias en la industria automotriz
En la búsqueda de dar respuesta a las nuevas tendencias del sector automotriz mundial y la demanda existente, las operaciones de las ensambladoras de autos han cambiado, utilizando como base la aplicación de diferentes estrategias que analizamos a continuación:
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Actividades de manufactura con perspectiva global
La dinámica de la manufactura automotriz cambió con respecto a las operaciones que se registraban hace algunas décadas; anteriormente, pese a que la competencia entre empresas extranjeras ya existía, los dominios regionales eran más evidentes.
Estados Unidos lideraba el mercado americano, Japón se hacía fuerte en Asia y Europa tenía como competidoras en su propio mercado a diferentes marcas.
La estructura cambió debido al traslado de plantas de producción al inicio de la década de 1990, que causó mayor presencia de todos los competidores en prácticamente todas las regiones.
Como consecuencia, las ensambladoras se disputan el dominio en los mercados en crecimiento. Las firmas tratan de repetir la estructura de las cadenas de suministro con la que contaban, por lo que demandan proveedores activos cerca de sus nuevas instalaciones alrededor del mundo.
Alianzas destinadas a impulsar el crecimiento interno
Las ensambladoras intentan incrementar sus capacidades por medio de alianzas, fusiones y adquisiciones que llevan a una concentración de la industria o mejoran sus procesos mediante crecimiento y aprendizaje interno.
Las alianzas, sin embargo, no deben limitarse a aspectos técnicos y de diseño, pues el personal, directivo y operativo, tiene que adaptarse a las diferencias culturales. En México, un ejemplo de esto es la producción de automóviles Renault en las líneas de ensamblaje de Nissan, allí el personal francés ha tenido que adaptarse a la organización japonesa y a la cultura mexicana.
Adopción de plataformas
Las empresas ensambladoras organizan la producción automotriz con base en plataformas y sistemas modulares de producción, en uno de los cambios más relevantes con respecto a la forma de trabajo que se aplicaba anteriormente.
Al encontrar en las plataformas una base común para la fabricación de diferentes tipos de auto, los ensambladores pueden trabajar con elementos similares en lo que respecta a:
- Grupo motopropulsor
- Estructura de chapa
- Armaduras de asientos
- Dirección (columna, armadura de volante, mecanismo de dirección)
- Grupo climatizador
- Refrigeración del motor
- Transmisión y suspensión
- Sistema de escape
- Depósito carburante
- Sistema eléctrico
El uso de este tipo de elementos responde principalmente a la reducción de gastos en diseño y manufactura para afrontar la competencia en un mercado que exige productos de mayor calidad y alternativas diversas.
Los ensambladores se han vuelto capaces de desarrollar nuevas soluciones con rapidez, para satisfacer las exigencias de gustos y preferencias de los consumidores. En este contexto, la existencia de clústers de producción como el que México ofrece en El Bajío a las empresas extranjeras que disponen de instalaciones en los estados mencionados, facilita las labores de logística e impulsa la productividad.
Participación en servicios financieros
La evolución de la industria ha causado que las empresas automotrices no se concentren sólo en la producción de vehículos; las exigencias de los consumidores y la necesidad de ofrecer canales de atención las han llevado a entrar al área de los servicios financieros, con dependencias internas que tienen estructuras similares a las de un banco.
La diversidad de planes de financiamiento disponibles para la adquisición de los diferentes productos, el seguimiento a las solicitudes de los clientes y la necesidad de ofrecer respuestas rápidamente ha llevado a la inclusión de los departamentos de servicio postventa en estas opciones, desligando cada vez más los aspectos industriales en la fabricación y puesta en el mercado de los automóviles, de las operaciones necesarias para su comercialización.
Subcontratación de procesos productivos
La industria automotriz ha establecido un modelo genérico que identifica como modular. En el proceso, cada automóvil se divide en varios módulos y cada proveedor es responsable de diseñar, innovar, producir y llevar a la línea de montaje el módulo que le corresponde.
El aumento en el suministro externo de módulos y componentes exige que las empresas amplíen sus líneas de productos mientras avanzan hacia el diseño y fabricación de diferentes partes. Así, hay empresas que comenzaron a funcionar como proveedores de asientos y diversificaron sus operaciones para suministrar todos los componentes del interior de un auto.
Manufactura automotriz: un proceso segmentado
En medio de la modificación del esquema de operaciones de los fabricantes de automóviles, la existencia de parques industriales en zonas que pueden ofrecer ventajas en términos de logística, comunicación y disponibilidad de mano de obra y proveedores, aporta un ingrediente adicional a la ecuación: regiones como El Bajío tienen ante sí la oportunidad de convertirse definitivamente en un clúster especializado en el que la industria automotriz apuntale la actividad económica.
Adicionalmente, cabe destacar que el sector automotriz dispone de estándares de funcionamiento propios, con características específicas para su infraestructura y líneas de producción, lo que exige la adopción de instalaciones especializadas.
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