Economía en México

Las prioridades de inversión en México para la administración Biden

9/02/2021
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El 20 de enero de 2021, Joe Biden se convirtió en el 46º presidente de los Estados Unidos. Y con este cambio de poder también podría darse un giro en la agenda con su principal socio de negocios y vecino de frontera, México, luego de que el gobierno de Donald Trump se caracterizó por una política comercial confrontacional y, hasta cierto punto, intimidatoria. 

Así, analistas esperan que la nueva administración potencialmente retome acuerdos comerciales como el CPTPP (o Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico), mientras da continuidad a otros como el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) y al mismo tiempo privilegia asuntos domésticos, como la creación de empresas y empleos en la Unión Americana a fin de reconstruir los sectores locales más afectados por la pandemia de COVID-19.

En este artículo revisamos los puntos clave de la relación bilateral que podrían desarrollarse con la llegada del nuevo mandatario estadounidense, haciendo énfasis en las oportunidades de inversión que podrían motivar a empresas de EU y el mundo a instalarse dentro de parques industriales en México como los de Frontier Industrial.

T-MEC: continuidad y cumplimiento

Compuesto por 34 capítulos y 12 cartas laterales, el T-MEC mantiene la preferencia arancelaria y las cadenas de valor del anterior TLCAN, al tiempo que mejora y actualiza disposiciones tecnológicas, de manufactura, inversión extranjera, adquisiciones gubernamentales, comercio digital y derechos de propiedad intelectual, entre otros.

Con esto, y de acuerdo con un análisis publicado por BBVA Research, muchos de los temas que conforman la agenda bilateral ya están plasmados en el T-MEC así que, probablemente, la atención de los inversionistas se centrará en el grado de flexibilidad que el nuevo gobierno de los EU muestre ante temas específicos.

Así, se prevé que el equipo económico de Biden revise “con lupa” el texto del T-MEC y procure la verificación del cumplimiento de sus disposiciones en materias como:

  • Industria automotriz. El incremento gradual en el valor de contenido regional, así como las nuevas reglas de valor de contenido laboral y los regímenes de transición para cumplir con estos porcentajes, permitirán que continúe una producción automotriz eficiente en la región, se eleve su competitividad global y ofrezca mejores precios de vehículos a los consumidores de Norteamérica y el mundo.
  • Disputas laborales. A través del nuevo mecanismo laboral de respuesta rápida (conocido también como “panel laboral”), el T-MEC busca remediar la supresión por parte de las empresas a los derechos de sus trabajadores (como la libre asociación y la negociación colectiva). Asimismo, la carga de prueba ahora recaerá sobre la parte acusada, quien tendrá que demostrar que las aludidas violaciones laborales no están afectando de alguna manera el comercio y la inversión. Este fue un elemento clave en la renovación del acuerdo y se espera que sea vigilado muy de cerca por la administración Biden.
  • Medio ambiente. En un contraste más con Trump, la nueva gestión de la Casa Blanca se ha propuesto empoderar a los “negocios estadounidenses para liderar la revolución en energías limpias”. Esto implica que los EU podrían exigir un cumplimiento más estricto del Acuerdo de Cooperación Ambiental suscrito en el T-MEC, lo cual a su vez presionaría al gobierno mexicano a revertir los últimos cambios en su política energética para dar mayor certidumbre regulatoria a inversiones futuras en el sector de energías renovables.

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Consolidación y expansión de la cadena de valor regional

Si bien la integración comercial no llegará por sí sola con el T-MEC, los gobiernos de México y Canadá podrían trabajar de la mano con la naciente administración Biden para crear un programa que ayude a mitigar el impacto a las cadenas de suministro en Asia (offshoring) que sacó a la luz la pandemia, y a la vez fortalezca la cadena de proveeduría regional.

Así, en sectores y zonas industriales donde exista la tecnología, voluntad e incentivos adecuados, las reglas de origen del Tratado podrían dar un valor agregado a los productos hechos en Norteamérica, impulsando la competitividad e incentivando a empresas globales a invertir en la región.

Esto se ha evidenciado en los últimos años, con varias multinacionales anunciando proyectos o intenciones de instalarse en México como:

Así, y aunque en un principio las políticas hacendarias, crediticias y de proveeduría gubernamental del nuevo mandatario estadounidense estén enfocadas en impulsar la producción y el consumo de mercancías Made in America (hechas en los EU), en México se sigue desarrollando la infraestructura y las cadenas de valor que aumentan su atractivo como destino de inversión.

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Foto de portada: The White House (Flickr).